Inteligencia Artificial: Cómo cambiará el mundo (y tu vida)
El martes día 26 de junio de 2018 fue presentado el libro: "Inteligencia artificial: cómo cambiará el mundo (y tu vida)" de Pablo Rodríguez en la sede de Fundación Telefónica en Madrid.
Como moderador del acto estuvo el Director editorial Grupo Planeta Roger Domingo.
A modo de introducción mencionó cómo en el prólogo del libro Sandy Pentland (profesor del MIT Media Lab) decía que "la inteligencia artificial bien usada puede solucionar grandes problemas de hoy".
También se refirió a Umberto Eco, cuando nació la cultura de masas en los años sesenta, donde decía que había "apocalípticos e integrados". En este sentido, según expresaba, hoy parece que ocurre igual.
Hay mucha gente con miedo,..., sobre todo miedo a los cambios y lo desconocido.
Se cedió la palabra a Juan Ignacio Cidac, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2006, físico e investigador en computación y óptica cuántica, y miembro del consejo de Telefónica.
Juan Ignacio Cidac hizo una presentación de Pablo Rodríguez en relación a sus logros, trabajos realizados e inquietudes, y cómo los proyectos de ambos estaban relacionados.
Tras estas dos intervenciones de introducción se cedió la palabra a Pablo Rodríguez el autor del libro que se presentaba.
Pablo Rodríguez es doctor en informática y experto en tecnologías de Internet. Estudió ciencias físicas y se doctoró en matemáticas y ciencias de la computación.
Ha trabajado en el Silicon Valley en esas áreas y también lo ha hecho con empresas del sector. En 1995 se tituló como ingeniero de Telecomunicaciones en la UPNA.
La motivación de escribir este libro, según contaba, es "ayudar a comprender el mundo tan complejo en que vivimos". Ya no se habla de futuro sino de presente.
Las ideas que expresó Pablo Rodríguez son muy avanzadas y hasta cierto punto bastante radicales por los desafíos que plantea.
La inteligencia artificial empezó cambiando el pasado, está cambiando el presente y también el futuro.
Habló de algoritmos y también sobre la velocidad de datos así como su almacenamiento en relación a cuáles serán los límites en el futuro, de la computación tal y como la entendemos hoy.
En relación a esta preocupación mencionó la ley de Moore en donde todo cada vez es más pequeño a nivel de chips y procesadores, y más tarde o más temprano alcanzará su límite por su condición atómica.
Pablo Rodríguez explicó que la inteligencia artificial de las máquinas, eso que los humanos no pueden ni imaginar, ya va a una velocidad enorme. También habló sobre la inmortalidad digital.
Puso varios ejemplos en donde desde que te levantas la inteligencia artificial está contigo.
Así desde la recomendación de películas, el termostato que regula la temperatura de la casa hasta el sistema de predicción de palabras cuando usas los buscadores, son ejemplos corrientes de inteligencia artificial que ya están funcionando ahora.
Junto a todo esto se está produciendo una explosión de datos y crecimiento exponencial sin precedentes.
En el futuro las máquinas se conectarán entre sí y generarán a su vez más datos.
La inteligencia artificial se ha empleado para innovar sobre creatividad como fue el caso de Ferran Adrià con ElBulli en donde codificaron recetas y sabores para, mediante esta inteligencia, obtener platos de cocina nuevos e innovadores.
Otra área en donde se emplea la inteligencia artificial es en el deporte como por ejemplo en las simulaciones de juego para partidos de fútbol.
Desde el punto de vista del turismo la inteligencia artificial se ha empleado ya para la gestión en tiempo real del turista que llega a Barcelona en los cruceros.
En este caso hay unas actuaciones y órdenes dinámicas que se producen ante la recopilación de los datos sobre el flujo de personas que llega en estos enormes barcos.
Aspectos como la gestión del tráfico de vehículos, el suministro de más transporte público a las zonas de llegada de viajeros y la regulación de semáforos para dar una mayor movilidad a esta personas que van a pie, están relacionados con la inteligencia artificial.
A la par esa misma inteligencia redirecciona el tráfico de vehículos por otras arterias de la ciudad y así evitar atascos y colapsos que se pueden evitar.
Es una combinación entre el manejo de datos por simulación junto a los datos nuevos que se reciben y la ejecución de órdenes y automatismos sobre dispositivos relacionados sobre todo con la movilidad.
Se destacó también la relación entre los datos y la inteligencia artificial, y el Big Data for Social Good en donde se establece una colaboración para ONU y Unicef.
Otro tema que se abordó fue el del futuro de la salud. Se habló del hospital de la longevidad en San Diego en donde hay un proyecto que recopila grandes cantidades de información de más de 150 gigabits por cada paciente, para establecen búsquedas de patrones y así mejorar y anticiparse a problemas de salud personalizados.
Se definió el momento actual como la época del aprendizaje profundo.
Concretamente se apuntó hacia el futuro en el juego del ajedrez y el desarrollo de partidas estratégicas y creativas así como el juego oriental del GO, uno de los juegos milenarios más difíciles que existen, y cómo estas inteligencias artificiales aprendían de estos juegos.
La inteligencia artificial se emplea también en el cine cuando se ve una película con avatares de personas que ya no existen porque fallecieron. Detrás hay una inteligencia artificial que permite que estos personajes permanezcan intemporales.
Los chatbot son otro ejemplo muy claro de cómo la inteligencia artificial interacciona con humanos. En este caso se trata de comunicarnos directamente con una máquina sin que notemos apenas diferencias.
Pablo Rodríguez hizo allí un experimento real delante de los asistentes en donde mostró su ordenador con una cámara dirigida hacia él y un software especial.
La máquina capturaba su rostro y recopilaba la información de sus facciones, así cómo éstas se movían. De esta manera el dispositivo era capaz de establecer el sexo, la edad, y el estado de ánimo de la persona analizada, en unos porcentajes definidos.
Esta tecnología en realidad ya se emplea en aeropuertos y video vigilancia dentro de ciudades para tratar de predecir ciertas actitudes, tendencias o establecer simulaciones con software predictivo.
Lo del reconocimiento facial no es nuevo y ya se emplea para búsqueda de personas en China y Corea del Sur, países que siempre están a la vanguardia de este tipo de tecnologías.
Pero la detección de estados de ánimo y actitudes sí que es novedoso y sólo posible mediante la inteligencia artificial.
Su detección, interpretación y después acción sobre las instrucciones de dicha inteligencia harán que en el futuro sea posible que nosotr@s seamos seleccionados para ciertos empleos sólo mediante esta técnica y así pasar un filtro inicial. De hecho ya se hace.
Este software con inteligencia artificial se emplea en la actualidad en prototipos del ejército para detectar amenazas e intenciones de posibles agresores teniendo en cuenta sus movimientos faciales y sobre todo su lenguaje corporal.
Un sector muy interesante en donde se tiene mucho interés para implantar la inteligencia artificial es el de la "neurociencia". Aquí las posibilidades son tan inmensas que sería necesario realizar otra conferencia a parte.
También hay un gran interés en implantar la inteligencia artificial en la computación cuántica.
Actualmente los ordenadores, según comentaba Pablo Rodríguez, hablan pero no saben decir nada.
Sin embargo esto cambiará y en los próximos treinta años donde habrá computadoras que tendrán una misma capacidad que los humanos.
Se dijo que en 2030 el 40% de los empleos que existen hoy desaparecerán. Sin embargo aparecerán otros nuevos.
En este futuro serán muy necesarios nuevos empleos muy relacionados con la creatividad, la resolución de problemas, la colaboración y el liderazgo.
Las preguntas que se deben hacer son: ¿Hay que frenar todo esto? ¿Cómo gestionamos esta transición?
A juicio de Pablo Rodríguez todo debe partir de:
construir una relación de confianza con las máquinas. Se dice que las personas desconfían de las máquinas e inteligencias artificiales.
Pero ¿confiamos nosotr@s en los humanos?
En este futuro que es ya, las máquinas aprenderán de nosotros y debemos estar preparados cuando esto suceda.
PREGUNTAS Y DEBATE
Una de las primeras intervenciones desde el público fue de José Luís Cordeiro, una figura controvertida en medios de comunicación, y que se presentó como colaborador de Ray Kurzweil, gurú de la singularidad tecnológica.
Parafraseando a dicho gurú, José L. Cordeiro explicó que para el año 2029 las máquinas sobrepasarán el test de Alan Turing.
Este test consiste en que mediante una interacción entre un humano y una máquina con inteligencia artificial, el humano no podrá saber si se trata de una máquina o de otro humano siendo imposible de distinguirlo.
Y para el año 2045 está prevista que se produzca la singularidad tecnológica. La singularidad tecnológica consistirá en que las máquinas e inteligencias artificiales se mejorarán así mismas y podrán diseñar y crear otras máquinas más inteligentes y potentes que ellas mismas.
En todo este escenario de incertidumbre que se plantea el miedo surge de no saber cuál será en realidad el papel de las personas.
Sobre todo inquieta el temor y amenaza de que los humanos sean reemplazados y desaparezcan, o peor, que terminen incluso siendo esclavizados por estas mismas máquinas e inteligencias artificiales que ellos mismos crearon.
Otro peligro real es que podríamos perder la conexión con eso que nos hace humanos.
El viaje emocional que tendremos que pasar los humanos con la integración de la inteligencia artificial a nuestras vidas aún no se ha realizado.
Hay sectores críticos que consideran como principal problema a estos avances la protesta sin argumento de la gente y la estupidez humana.
Una limitación importante está en la "capacidad del humano de perdonar a la máquina".
Se la culpa por algún fallo que ocurre alguna vez cuando en realidad es miles de veces más fiable que una persona.
Ejemplos como los accidentes de tráfico que ocurren, conflictos bélicos y otros desastres parecidos, son protagonizados casi al cien por cien por humanos. Sin embargo, si una máquina falla y produce algún daño a una persona, ni se tolera ni se admite.
Más cercano al presente sí que preocupa e inquieta cómo estas inteligencias artificiales pueden afectar a nuestro futuro mediante el empleo de algoritmos. Así ya hubo proyectos piloto en donde se simuló cómo una inteligencia artificial podría decidir en un proceso judicial, o decidir sobre otros temas más complejos.
Desde la mesa de los contertulios se expresaron algunos puntos de vista.
Más instalado en el presente encontramos cómo ya hay agencias de regulación en donde, de momento, sólo regulan la gestión de los datos.
La regulación de estos datos es importante para poder trabajar con ellos en relación al modo en que se obtuvieron, privacidad y posibles usos futuros, así como la definición de sus límites éticos.
Pero se hará muy necesario la regulación de estas inteligencias artificiales y robots, más si cabe por las profundas implicaciones que tendrán en nuestras vidas.
Se están implantando de manera creciente en áreas de tipo técnico e industrial como la minería. El trabajo que antes hacían las personas en la profundidad de la tierra, ahora lo realizan máquinas automatizadas en un porcentaje muy elevado.
Pero se implantarán en los demás sectores debido a que serán más rápidas, seguras y eficaces.
También se habló de los nuevos sensores e implantes futuros en nuestro cuerpo. Hoy el teléfono móvil es una extensión de nuestra memoria y comunicación.
Los implantes con inteligencia artificial serán una extensión y mejora de nuestras capacidades en el futuro.
Esto nos puede dar la oportunidad de averiguar cuál será el nuevo papel del Ser Humano en el futuro.
Tal vez, como se dijo en la presentación, al contrario de lo que ocurre hoy con las estrellas del fútbol y el espectáculo:
"los grandes fichajes del futuro serán filósofos y creativos"
En la actualidad hay aspectos que de momento no se pueden replicar como el amor y las relaciones humanas debido a que son inherentes y propias al individuo. Se trata de saber hacia dónde queremos avanzar.
Entre el público también intervino el periodista José Manuel Nieves del área de prensa científica en ABC.
Preguntó a Pablo Rodríguez cómo entendía que se produciría la transición en la nueva distribución del trabajo cuando según un informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) se apuntaba a que en diez años desaparecerán casi la mitad de los trabajos clásicos.
Estos trabajos afectados son sobre todo de transporte, logística, call centers, así como los servicios de atención al cliente y comercio.
Señaló que para el año 2030 en Estados Unidos desaparecerán 150 millones de empleos situándose en un desempleo potencial para esa fecha próximo al 45%.
Pablo Rodríguez contestó que se entiende que se deberían equilibrar estos empleos que desaparecen con los empleos de nueva creación que surgirán.
Señaló que:
"ya estuvimos en situaciones similares en el pasado".
"Para resolver este desafío, comentó, debemos discutir un nuevo acuerdo social".
En este sentido, en el del progreso científico y tecnológico, se expresó desde la mesa de debate que:
"el hacer bien lo que ya se hace nos sitúa en un invierno existencial y tecnológico porque no se progresa". "Es necesario ir más allá".
Hubo más intervenciones que plantearon temas muy interesantes y que sin duda pusieron de relieve el interés creciente de las personas por este tema y a la vez todo lo que está por hacer y queda por discutir sobre dicho asunto.
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autor del artículo:
Jesús Pablo Alonso García
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