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Los datos y su tratamiento proporcionan información sobre el pasado que permite anticipar el futuro.

Economía de los Datos. Riqueza 4.0

El miércoles 13 de junio de 2018 tuvo lugar la presentación del libro "Economía de los Datos. Riqueza 4.0" de los autores Emilio Ontiveros (dir.) y Verónica López Sabater (coord.) en la Fundación Telefónica en Madrid.

En dicha presentación ofrecieron sus puntos de vista sus cuatro ponentes:

Emilio Ontiveros. Catedrático de Economía de la Empresa en la UAM. Fundador y presidente de Analistas Financieros Internacionales y autor del libro.

Richard Benjamins. Embajador de Datos e Inteligencia Artificial de Telefónica Telefonica, LUCA.

Edward Corcoran. Economista senior de Regulación Digital y Tendencias en BBVA Research.

Paloma Llaneza. Abogada y fundadora de The Llaneza Firm. CEO en Razona LegalTech -consultora tecnológica-, y directora técnica para el esquema eIDAS en CERTICAR.

El acto fue moderado por Marta García Aller, periodista y escritora en El independiente.

Marta García comenzó hablando de ese activo intangible, el de los datos, y que hoy se considera ya como el nuevo petróleo.

Ponentes en la presentación del libro "Economía de los datos. Riqueza 4.0" en la Fundación Telefónica.

El señor Ontiveros inició su intervención hablando de la "economía de los intangibles" en donde los datos, según afirmaba, serán importantes así como lo será su gestión ya que suponen un "acercamiento a la certeza".

Planteó preguntas como: ¿En condiciones de certeza cuál es el nivel de demanda de un bien?

Para él hoy en economía hay "preferentes" y "demandantes". El conocimiento de las preferencias, de los gustos, y la estimación de la demanda de un bien son a su entender vitales.

Según explicó, "si se supiera esto, tres de cada cinco crisis del pasado se podrían haber evitado."

El uso del dato no cabe duda que permite el perfeccionamiento en el lanzamiento de ciertos productos, y permite también que los mercados sean más eficaces.

Existe una aceleración en la aparición de nuevos empleos pero a la vez hay una destrucción de muchos otros. Hay proyectos en la actualidad capaces de incidir en la búsqueda de esas nuevas ocupaciones y empleos pero aun así todavía es algo más cercano a la incertidumbre.

El señor Emilio Ontiveros hizo una consideración acerca del PIB (producto interior bruto) y el PIC (producto interior del conocimiento).

El PIB se va a quedar escaso, según decía, para saber el valor que tiene una organización o un país. Lo datos pueden ofrecer una anticipación sobre muchísimos asuntos y en este sentido es interesante incorporar el PIC.

La publicidad dejará de ser un derroche para ser personalizada. Actualmente la publicidad masiva no logra su objetivo por se dirige a muchos perfiles que en realidad no están interesados. A parte de ineficaz es por este motivo muy cara.

Richard Benjamín comentó cómo los datos se consideran un activo y si se guardan bien esos datos se les puede sacar provecho para lo cual hay que optimizar el proceso.

También habló de los "proxis", antenas, control de balizas y satélites para actividad humana. Según habló estos instrumentos ya sirven por ejemplo para gestionar mejor el transporte público. Así se pueden agrupar más autobuses en un punto si se detecta que hay un incremento de personas en una zona urbana concreta mediante un sistema dinámico de gestión de datos.

Aquí el manejo de datos produce un efecto beneficioso en las personas.

También puede servir para tener un mejor "mapa de movilidad en un país". Se pueden usar los datos para acotar enfermedades como lo fueron el "ébola", la "gripe A" o el "virus zika".

También pueden servir para la gestión de los desastres naturales mediante la prevención y para paliar sus efectos cuando éstos ya se han producido.

"Es apasionante lo que los datos nos pueden ofrecer" según expresaba.

La periodista Marta García lanzó las preguntas: ¿Vamos a un mundo de humanos previsibles? ¿Corremos el riesgo de atraparnos? Una cosa es optimizar el negocio y otra ir más allá de esos ingresos que los mismos generan.

Espacio de la Fundación Telefónica para la realización de eventos.

Edward Corcoran habló de cómo se ha producido una gran "revolución digital" y cómo en la actualidad están muy relacionados los datos y el sector financiero.

Los bancos al igual que muchas empresas, están interesados en la segmentación de clientes para la concesión de créditos y ofrecer distintos productos financieros.

Es importante preguntarnos cuáles son los datos nuevos y cuáles son las reglas para saber qué tenemos hasta ahora y qué queremos conseguir a partir de este momento. En cualquier caso todo, a su entender, debe ser transparente.

Hay que pensar bien cómo se generan estos datos, cómo se recogen y qué uso se les da.

Hay un incremento en los datos y un incremento en las expectativas por parte de los clientes. Si echamos la vista atrás, hace un siglo o incluso algo más, la información sólo estaba al alcance de gente muy rica y poderosa.

Ahora la información está más al alcance de todo el mundo pero como todo con muchos matices.

Paloma Llanera habló de cómo los datos son apodados como el nuevo petróleo e incluso el oro azul.

Ella, como abogada, considera que el derecho está pensado para equilibrar situaciones para lo cual se hace necesario llegar a un contrato social.

Se trata de buscar un equilibrio y un contrato social que se contemple al margen de la economía la cuál busca eficiencia. Las vacaciones y fines de semana que tenemos en la actualidad no es eficiente pero "el derecho" gratuitamente protege esos derechos.

En este caso hay un enfrentamiento entre la "productividad-eficiencia" y la "vida privada y personal de las personas".

Y en este segundo aspecto los derechos fundamentales no pueden tener un valor económico.

Hay que preguntarse ¿Quién monetizará los datos? ¿Será una inteligencia? ¿Será un individuo?

"El dato e interacción es importante cuando se pone en relación a los datos de los demás."

En este sentido un ejemplo de datos e interacción puede ser el historial de compras, uso de tarjetas e itinerancia del teléfono móvil de una persona.

Pero el uso de estos datos a veces pueden llevar a conclusiones erróneas si no se calibra bien qué es lo que se está midiendo.

Se habló de una tienda en los Estados Unidos que deja comprar a clientes con una tasa de riesgo por descubierto en crédito de más de un 80%. Eso quiere decir que se trata de personas que difícilmente podrían afrontar una gran compra. Sin embargo lo que se vende en estas tiendas son productos de un valor muy bajo y se ofrece a quien lo solicita una línea de crédito para comprar allí.

Cuando otros comercios no aceptan a este tipo de cliente, en esta empresa sí. Lo que ocurre es que el mero hecho de comprar en estas tiendas, se sea o no solvente, hace que todas esas personas que compraron allí queden marcadas.

Participantes y público en la presentación del libro "Economía de los datos. Riqueza 4.0" en la Fundación Telefónica.

Es decir que si alguien totalmente solvente compra allí, sus datos de compra pasan a un fichero de su propio banco donde ese cliente tiene su cuenta, y directamente el cliente pasa a ser calificado como persona con riesgo de insolvencia. Eso puede afectarla cuando solicite un crédito o trate de emprender un negocio.

Es un ejemplo de cómo a veces se pueden cometer errores de percepción general por clasificar mal esos datos y dar por sentado la lectura errónea de los mismos. Y como este ejemplo se están produciendo muchos errores en otras áreas.

Debate.

A continuación se abrió el debate a raíz de todas estas cuestiones.

Emilio Ontiveros por su parte defendió que "el progreso que nos aportarán los datos, supondrá una ganancia en el bienestar y en la previsión de futuras crisis, sobre todo en la salud."

Siguió afirmando que "no hay que frenar el progreso pero hay que ser cauteloso y evitar que sea un ejercicio de control y presión de tipo económico."

Según decía, hay que cuidarse de todos esos operadores que actualmente tienen más ventaja y cada día logran mucha más. En ese sentido sí que es partidario de vigilar ese abuso.

Paloma Llanera habló de nuevo de cómo el reglamento de protección de datos en Europa supone una protección de la libertad individual y la intimidad.

Denunciaba que en la actualidad ya hay una distorsión de la competencia en cuanto a su valoración precisamente debido a que no se están interpretando bien los datos.

En este sentido ya se pueden encontrar países en donde se culpa con antelación al sujeto por sus contenidos digitales.

De este modo según el aspecto que tiene una persona, la manifestación de tendencias y los contenidos que publica en redes sociales, originan un perfil cuyos datos se incorporan a un fichero desde el cual se determinará en el futuro, por ejemplo en la banca, si es arriesgado que se le conceda un crédito a esa persona.

De este modo según lo que publica esta persona, un software interpretará todos esos contenidos y pasará a ser clasificada en grupos como de personas optimistas, felices, pesimistas, tristes, personas fielmente casadas, personas divorciadas, o con varias parejas, o con varios hijos, o como persona de hábitos poco saludables, o personas que están en contra de ciertos asuntos.

En el ámbito de la Sanidad en esos países, ya hay una negación de ciertos tratamientos médicos a algunas personas por estos datos que manejan.

A raíz de los escándalos recientes por la divulgación de los datos personales desde conocidas plataformas de redes sociales se ha puesto de manifiesto lo mucho que saben de cada persona que interactúa en su red como puede ser su orientación sexual o su ideología política entre muchas otras y eso ha producido una gran desconfianza en sus usuarios.

Richard Benjamin planteó si tal vez alguna de estas corporaciones dedicadas a las redes sociales será el banco del futuro en sentido económico y de datos.

En cuanto al futuro de estas empresas se considera que para sobrevivir deberán monetizar de algún modo, y los datos es por el momento uno de esos modos.

También comentó que estas y otras empresas gigantes tienen tal cantidad de datos que pueden ofrecer "productos impresionantes".

También destacó que " La economía de los datos está aún por empezar".

El uso de los algoritmos permiten crear modelos que son una aproximación a la realidad y para ello es necesario definir el sesgo.

En el debate los participantes hablaron acerca de cómo estos modelos pueden dar a veces un falso positivo o un falso negativo. De esta manera en sanidad puede que un enfermo no se cure si no se le aplica un tratamiento que en la simulación lo daba por perdido.

Esto es así porque aunque hay muchas variables, realmente hay un número infinito de ellas y todo son sólo aproximaciones.

En cuanto a la libertad de la persona, ¿Qué ocurre si se envía a la cárcel a alguien erróneamente? En marketing si el algoritmo se equivoca, pasa poco, pero si se trata de otros sectores como los mencionados, la cosa se complica.

Se mencionaron ejemplos como el de la policía de Los Ángeles en USA en donde se emplean datos históricos y algoritmos para destinar un mayor número de policías a ciertos barrios con antelación mediante un software.

También allí usan software de reconocimiento facial para la toma de decisiones.

La acumulación de un mayor número de datos y su uso cada vez más frecuente, al igual que la inteligencia artificial, es más precisa cuanto más se usa.

En este sentido se habló también de modelos de pre-crimen que ya funcionan para seleccionar a los migrantes que pueden o no pasar.

Sala de presentaciones en la Fundación Telefónica.

Se comentó acerca de la necesaria alfabetización en todo esto nuevo que está ocurriendo y la necesidad de ser cultos para poder ser libres. Se mencionaron varios ejemplos de Apps en donde el usuario aceptaba sin leer las condiciones que muchas veces eran alegales si no ilegales.

Paloma Llanera intervino de nuevo destacando que se hace necesaria una formación ética y un tratamiento del alma humana con los bits.

"No puedes asumir un riesgo si no lo conoces", según decía.

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Datos del libro que se presentó:

Título: Economía de los Datos. Riqueza 4.0

Editorial Ariel - Fundación Telefónica.

Autores Emilio Ontiveros (dir.) Verónica López Sabater (coord.)
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Conclusiones y reflexión.

En gran medida en el debate el tema principal es el de la libertad y el futuro.

Todos los interrogantes y preguntas que nos hacemos acerca de los datos y su manejo así como averiguar la manera en que nos podrían afectar en nuestras elecciones según su tratamiento, van encaminadas a saber si estaremos determinados en el futuro por predicciones y simulaciones de la suma de esos datos nuestros y otros datos conjeturados.

A la hora de legislar y poner límites a este bien intangible, el de los datos, es inevitable hablar sobre si realmente seremos libres o no de elegir en el futuro y de cómo eso nos permitirá o no llegar a ciertos puntos.

Debido a que los datos describen en parte una realidad, es muy importante para la persona conocer cuantos más datos mejor y así tratar de obtener un diagnóstico lo más certero posible de aquello que le rodea.

Es algo normal y algo que hacemos a diario para enfrentarnos a situarnos y entornos desconocidos como saber quiénes nos rodean, qué valor tienen las cosas y sobre todo qué garantía de futuro tenemos.

De este modo en esa línea, a diario, las personas hacemos todo eso, recoger datos, valorar, discriminar, y finalmente elegir, todo con el propósito de asegurar nuestra propia supervivencia.

Si la interpretación de los datos es errónea o bien nuestra percepción es equivocada, tomaremos una decisión errónea también.

Por otro lado, la falta de objetividad y la estructura de aquello que pensamos, nos puede llevar a un bucle en donde no podamos pensar de una manera distinta sobre ciertos asuntos debido a que todos los criterios, argumentos y percepciones pasan ciertos filtros que ya están hace tiempo polarizados.

Y eso nos puede llevar a una falta de visión, miopía y aberraciones en la percepción de la realidad.

En este sentido nada de esto de los datos es nuevo ahora porque lo llevamos haciendo desde hace cientos de miles de años. La diferencia es que ahora esos datos son mucho mayores y tienen una influencia sobre millones de personas.

Pasamos de pequeñas tribus y poblaciones con sistemas sencillos a cada vez sistemas más complejos que han dado lugar a grandes imperios y naciones. En este pasado esos datos también eran muy numerosos pero la comunicación era mucho más lenta y el contacto lejano.

Ahora todo se ha acelerado desde los últimos cincuenta años de una manera exponencial haciendo que el problema surja cuando nos enfrentamos a tecnologías modernas que deben decidir sobre temas humanos que llevan más tiempo discernir.

Así no se puede de repente ir a esa velocidad porque así son las personas, y necesitan un tiempo suficiente para comprender, para confiar, para sentir y para pensar.

Hay películas como "Yo Robot" en donde se plantean estos dilemas en donde una máquina realiza el cálculo de probabilidades para salvar a unos u otros humanos, de manera que en unos casos esa valoración por datos muy limitados puede ser errónea.

A la vez, igual que la máquina se equivoca, la persona también lo hace, más si cabe cuando construye dicha máquina para que calcule por ella.

Otra película titulada "Gattaca" trata también el tema del determinismo de la persona. Aquí se plantea una sociedad del futuro en donde una persona debe cumplir unos estándares adecuados de modo que desde pequeña ya era clasificada en un grupo distinto según los datos que determinaban su potencial.

En esa misma película hay una persona que termina demostrando que ese sistema puede equivocarse y despreciar a personas que sin ese potencial requerido son capaces de lograr los más altos objetivos.

Esos algoritmos que se dice en la charla se están usando preocupan por si respetan la privacidad y la intimidad, algo que es muy útil y necesario desde el punto de vista humanitario.

Tal vez debería darse un paso más y en vez de emplear esos datos a nivel privado para que ciertas empresas sean más rentables y puedan vender mejores productos, podrían emplearse además, a un nivel social y gubernamental para ayudar a personas en riesgo económico, mental, emocional, social, y laboral.

Al igual que se hablaba de cómo ciertas personas mediante redes sociales el algoritmo las clasifica como no viables en su perfil para que en el futuro logren un tratamiento de salud o un respaldo financiero para emprender una empresa, tal vez se podría, mediante esos datos, trazar a nivel social, por ejemplo, un asesoramiento personal sobre esos aspectos que necesita mejorar así como la puesta en marcha de acciones concretas para su mejora.

En este caso, en un paso más allá de esa educación que se da en la escuela, se podría continuar con esa guía de por vida a todas las ciudadanas y ciudadanos.

En el futuro ese asesoramiento personal podría servir de un modo excepcionalmente objetivo para escoger la ocupación adecuada, saber a qué dedicarse, disponer de las herramientas emocionales adecuadas para relacionarse adecuadamente con las demás personas, saber hacer amistades, crear relaciones de pareja satisfactorias, llevar una economía doméstica rentable, asesorar sobre los hábitos de vida saludable, motivar y buscar la superación de los límites propios.

Este podría ser un proceso de renovación y crecimiento ilimitado que no sólo sería bueno para cada persona sino que lo sería para todo el conjunto de manera que sería aun más rentable y viable de lo que lo es ahora.

Tal vez en el pasado todo esto ya se trató de hacer y de hecho se hizo de algún modo pero tal vez degeneró en planteamientos ideológicos y religiosos que cumplieron tal vez su función en aquel momento, pero ahora que estamos más comunicados y en contacto, tal vez se pueda volver a rediseñar y plantear de un modo más amplio y humano, evitando moralinas rancias y éticas extintas del pasado así como otros adoctrinamientos erróneos que ni sirven ahora ni llevaron a nadie por buen camino.

Tal vez esté todo predeterminado y halla un destino para cada uno o quizás no, puede ser que todo se pueda mejorar.

Cuando hablamos de datos, el centrarnos en sólo un puñado de ellos es como hablar sólo con un par de personas sobre asuntos especializados y globales. Lo más conveniente es hablar con cientos, miles y millones de personas para averiguar en dónde estamos situados, cuál es nuestra realidad y si coincide con la del resto.

También destacar que el abuso de los sistemas predictivos crean alteraciones sobre ese futuro que no ha llegado. Y ese futuro al alterarse crea de nuevo otros datos simulados basados en ese futuro hipotético alterado por ese primer futuro que habíamos analizado pero que tampoco ha llegado a ocurrir.

Es el mismo tema que aparece en la película de "Paycheck" en donde logran crear una máquina para poder ver el futuro. El problema que surge es que esa observación produce cambios  en un futuro que tal vez iba a ser otro finalmente y termina arruinando la vida de aquellos que usan la máquina de predicción.

Sigue esta película el mismo planteamiento que ocurre en el estudio de las partículas atómicas y el principio de incertidumbre de Heinsenberg en donde se dice que la mera observación de una partícula atómica ya está alterándola. Con el manejo de los datos y los sistemas predictivos ocurre exactamente igual.

En relación al uso e interacción cada vez mayor con este tipo de tecnologías de gestión de datos además de la inteligencia artificial, termina poniendo encima de la mesa asuntos como qué es eso que nos define y nos hace más humanos.

Mediante el uso de los buscadores en internet se están volcando al sistema muchísimos datos que nos dice cómo somos, qué es lo que buscamos y ansiamos, cuáles son nuestras inquietudes y en definitiva cómo es la persona humana.

¿Estas tecnologías nos pueden hacer evolucionar haciéndonos más rápidos y precisos en ciertas áreas. Pero si se deja todo eso a merced de nuestros instintos primarios y necesidades básicas puede degenerar en una involución donde nos perdamos como personas y terminemos siendo máquinas con total ausencia de humanidad, o bien convertidos en animales tecnológicos.

Tal vez habría que repensarlo todo con cuidado y establecer distintos grados de observación y supervisión para asegurarnos que el empleo de esas tecnologías será a nuestro favor y no en contra.

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autor del artículo:

Jesús Pablo Alonso García

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